lunes, 30 de noviembre de 2009

Fragmento de Ivanhoe


Como saben, Ivanhoe fue la novela más importante de Walter Scott. Aquí un fragmento del capítulo 7, en el que podran observar parte del estilo del autor, que será revisado mas adelante:
Con todo, en tal concurso de aflicciones, pobres y ricos, nobles y villanos, se apasionaban por un torneo, la gran fiesta guerrera de la época, con tanto ardor como el que por una corrida de toros demostraría un pobre petate madrileño, sin un real con que alimentar a su familia. Negocios, deberes, enfermedades, nada impedía a los jóvenes ni a los viejos asistir a aquel espectáculo. De igual suerte la partida de armas, así la llamaban, próxima a verificarse en Ashby, en el condado de Leicester, atrajo la atención general, y desde por la mañana un inmenso gentío de todas condiciones se dirigió apresuradamente al punto designado... El ingreso en la arena terminaba en la puerta del norte con un segundo pasadizo de treinta pies de anchura, y éste daba acceso a un vasto espacio cercado, reservado a los acometedores. Tenía detrás varias tiendas, las unas conteniendo todo género de bebidas y refrescos, destinadas las otras a los armeros, albéitares, herradores y otros artesanos, cuyos servicios podían hacerse necesarios. En torno de la liza habíanse levantado galerías provisionales, adornadas de tapices con pinturas y cubiertas sus gradas con alfombras y almohadones, para mayor comodidad de las damas y caballeros que debían presenciar el torneo. Entre estas galerías y la liza había un reducido espacio destinado a los francoterratenientes (yeomanry) y a los espectadores de jerarquía algo superior a la de la plebe, y podía compararse con el patio de nuestros teatros... A fin de completar la descripción general, resta ya sólo hablar de un palco, colocado en el centro, hacia Oriente, y enfrente mismo del lugar donde había de empeñarse el combate; más elevado que las galerías, y más espléndidamente decorado, veíase en él una especie de trono bajo un dosel, con las armas reales de Inglaterra. Escuderos, pajes y arqueros, vistiendo brillantes libreas, guardaban aquel puesto de honor, reservado al Príncipe Juan y su cortejo

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